“Los que dedican su vida hacer que el propósito público y el bien común sean centrales en la manera en que creamos valor” (Mariana Mazzucato 2021 ), no están exentos de la disyuntiva de que cualquier decisión en función del desarrollo implica el sacrificio de otra cosa igualmente importante para otras personas a las que se beneficia con la alternativa seleccionada. Más allá de la viabilidad financiera como requisito sine qua non para la toma de una alternativa, el desarrollo es una cuestión de perspectiva, es decir, lo que para unos es una solución para otros es un problema, por ejemplo: preservamos el medio ambiente o hacemos carreteras, hacemos la guerra o la paz, hacemos una escuela o pavimentamos las vías …, y esto sucede porque los recursos son limitados y las necesidades infinitas, técnicamente estoy hablando de algo que se llama el costo de oportunidad.
En ese sentido, en la administración pública se genera valor desde lo tangible o lo intangible, con bienes pero también con servicios, con calidad pero también con cantidad, con el desarrollo administrativo interno o con benéficos exógenos. Lastimosamente la demanda social sólo es benigna con el mandatario cuando los beneficios impactan directamente, cuando no, la crítica arrecia así otros se hayan beneficiado, , en otras palabras las personas valoran positivamente las obras cuando reciben el beneficio directo o la administración les genera solución a problemas directos o personales y no frente a los sociales, esa es la realidad a lo que ven sometidos los mandatarios de turno, de cualquier orden
La disyuntiva de lo político frente al criterio técnico es la prueba fehaciente, de que en la administración pública no tiene reciprocidad la decisión técnica así sea esta última la de los beneficios sociales, y al gobernante le es irrelevante porque las obras de gran recordación en la memoria colectiva es la política y no la técnica, comportamiento que no es típico del Chocó sino de protocolo nacional que busca la recordación eterna de las masas,
El seguimiento a lo aprobado en el Sistema Nacional de Regalías da muestras grandes de lo aquí plasmado, es decir, las obras de infraestructura son las de mayor impacto en función de lograr la gratitud de las personas, y de las regiones, pero cómo nadie le da carácter preponderante a los proyectos de cualificación y fortalecimiento administrativo y financiero, es irrelevante así sean necesarios, es por ello que los contratistas agradecen su vinculación anual y la generación de sus ingresos y no la inversión en función del cumplimiento y crecimiento de la entidad, y cómo los recursos son limitados el mandatario termina invirtiendo donde más réditos sociales obtenga y no dónde más convenga, problema estructural y coyuntural que también construye desarrollo o crecimiento así no estemos de acuerdo.

WILLLINTON VIDAL ROJAS